miércoles, septiembre 26, 2007

Kom Ombo, Egipto, 2006

Detalle de uno de tantos jeroglíficos que se pueden admirar en este país, tantos que durante el viaje uno llega a perder el interés por unos relieves que enseguida se echan de menos. El templo de Kom Ombo está dedicado a dos dioses: el halcón Haroeris (Horus el viejo) y a una divinidad local con cabeza de cocodrilo llamada Sobek. La cruz ansada o Anj (o Ank) es la famosa "llave de la vida" egipcia, que en mano de los dioses afirmaba su condición de eternos mientras que en mano de los hombres significaba la búsqueda de la inmortalidad. Varios faraones incluyeron este jeroglífico en su titulatura, como por ejemplo "la imagen viviente de Amón": Tut-Ank-Amón. Se cree que varios signos derivaron de esta llave vital, como la cruz copta, la irlandesa o la armenia, y también el propio símbolo femenino. En otro relieve del mismo templo se pueden apreciar varios instrumentos quirúrgicos, entre los que destacaba un fórceps que poco tendría que envidiar a los actuales, así que hemos evolucionado, pero no tanto... o quizás... quizás sea verdad eso de que estos egipcios venían de otro mundo... no sé... en cualquier caso, fueran terrestres o no, merece la pena perderse entre su interesante, avanzado y antiguo mundo.

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

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