viernes, julio 13, 2007

Múnich, Alemania, 2004

Entre las muchas atracciones de München, capital del Estado federado de Baviera y tercera ciudad más importante de Alemania, está el parque del complejo olímpico construido para los Juegos de verano de 1972. Una familiar muy querida tuvo la enorme suerte de asistir... a ver si hay suerte y puedo seguir sus pasos en Londres 2012, o aún más fácil, en Madrid 2016. Aquella fiesta deportiva estuvo ensombrecida por los atentados del 5 de septiembre, en los que se basa una gran película de Steven Spielberg. La superficie es de hasta 3 Km cuadrados. Merece la pena subir a lo más alto de la Torre Olímpica, si es posible al atardecer, y desde sus 290 metros de altura, disfrutar de una privilegiada vista del parque, del Olympia Stadion, de la propia ciudad e incluso de Salzburgo y de los Alpes. Fuimos hasta allí caminando y se nos echó la noche encima, las puertas del complejo cerraban y los maleantes salían de sus escondites. Entre risas nerviosas encontramos un tranvía que eliminó ciertas gotas de sudor frío y nos devolvió al hotel. Traduciendo a gran velocidad las instrucciones en alemán de cómo obtener un billete, las gotas frías volvieron mientras se acercaba el revisor con una extraña mirada de curiosidad. Al final, frohe träume (o como se diga).

3 comentarios:

Arual dijo...

Yo también subi a la torre olímpica de Munich cuando estaba anocheciendo las vistas son fantásticas incluso grabé un pequeño video que con el viento que arreciaba quedó hecho una piltrafa pero era muy gráfico de la situación. Ah! En DIVERSIDAD DIACRITICA si pinchas la etiqueta de ALEMANIA saldrá una foto que colgué hace un tiempo del pantalón de Freddy Mercury que había en el museo de rock en lo alto de la torre, nunca se sabe con qué cosas curiosas te puedes encontrar...

Arual dijo...

Te dejo mejor el enlace:

http://diversidaddiacritica.blogspot.com/2007/04/forever-freddy.html

Saludos!

Raquel dijo...

Lo mejor de Munich, doctor, la Feria de la Cerveza, jajaja. Lástima que a las once de la noche echen el cierre.