Uno de los trucos de tanto viaje es, evidentemente, utilizar medios de transporte baratos. Una buena opción para ello es el Interraíl, que además nos regala de forma continua postales tan espectaculares como esta. Y lo mejor de todo, cambian en sólo milésimas de segundos para ofrecernos un momento aún mejor. Otro día pondré el castillo de Neuschwanstein al que me dirigía, pero si alguien se muere de ganas que no dude en visitarlo en diversidad diacrítica, donde unos cuantos locos hacen de un sencillo blog su propio reinado de diversión.
4 comentarios:
Genial! Qué luz.
Bonito contraste entre el color brillante de la hierba y el tono del cielo.
Es una foto preciosa, llena de contrastes y además nunca te imaginas una Alemania tan verde aunque si sabemos que es así.
Precioso Piéiro no dejas de sorprendernos.
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