A orillas del río Salzach se encuentra la ciudad de la sal. Tierra natal de W. A. Mozart y escenario de una mítica película ciclotímica en la que uno no sabe si sonreir o llorar. Catedrales e iglesias barrocas se mezclan con fortalezas medievales en un lugar en el que parece que todo el mundo es rico, lo que no quiere decir que su carácter lo sea. Siempre que he pisado este país he salido huyendo por la opulencia y arrogancia que desborda por cada poro de su abundancia. En cualquier caso, paseos bonitos y agradables; y volveré, porque estoy convencido de que han coincidido malas experiencias y seguro que es una tierra tan inolvidable como su vecina Suiza. Sus bombones, comidas y precios de museos o fortalezas, denunciables.
1 comentario:
Ya se sabe a veces los ricos se hacen muy tontos y de derechas. No te olvides que es un país bastante derechizado y eso nos aleja a los que estamos un poquito más a la izquierda.Son gente bastante fría y distante. Eso sí tienen un país precioso muy de Sissi, los paisajes son espectaculares y la foto una preciosidad.
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