Pequeño pueblo pesquero que tuve la suerte de conocer de forma casual cuando, camino de Luarca, decidimos tratar una enfermedad común llamada hambre. Entonces aún no era el destino turístico masificado en el que por desgracia se estaba convirtiendo cuando volví en 2004. En 2000 nuestra guía para encontrar hotel fue una lugareña que se encontraba bajo una pequeña caseta cerca de la plaza del pueblo. En 2004 esperamos cola en una oficina con varios empleados para recibir información turística, tras media hora de pelea para dejar el coche... No obstante, el pueblo sigue siendo una auténtica joya, como todo el Principado y su sidrina. Recomendable en cualquier mes del año excepto agosto, como todo vamos...
2 comentarios:
Masificado o no, no deja de ser un lugar donde compartir tus sardinillas con tod@s l@s gatit@s ansios@s q siempre andan merodeando alrededor de las mesitas de esa entrañable placita....
Curiosos bichos,cómo saben cuándo ronronear y hacer sus zalamerías para conseguir cositas...
He estado varias veces en Asturias, disfrutando de las sardinas y de la sidra. Siempre que he ido me lo he pasado muy bien y soy una enamorada de sus paisajes, no así de su clima, prefiero el de las Rias Bajas. Pues mira tu, creo que ese pueblo no lo conozco y la verdad es que en la foto aparece precioso, metido entre las montañas. Nada ves siempre hay algún motivo por el que volver a Asturias para eso es la patria querida, como dice la canción.
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